¿Cómo afecta la globalización a la lectura? El avasallamiento de las industrias culturales de Norteamérica ha propiciado el incremento de las comunicaciones transnacionales privadas, las cuales representan un potencial tremendo en cambios culturales e incluso dominación cultural.
Por otro lado, los monopolios editoriales manejados por gestores del entretenimiento masivo hacen que se publiquen menos títulos (sólo os de alta tirada) y elimina los que se venden lento, aunque lleven años en catálogo, sean valorados por la crítica y tengan una salida constante. Los nuevos dueños exigen al mundo editorial libros que den tasas de ganancia semejantes a sus negocios en televisión o electrónica.
El universo de la imagen ha desplazado la imagen del libro. Esto es: La idea dominante, no por jamás verbalizada menos actuante, del rango secundario de lo escrito, relegado por lo televisivo.
Causas de la disminución de lectura
La promoción y difusión de la lectura debiera estar a cargo de cuatro instituciones: la familia, la escuela, el Estado y los medios de comunicación. Sin embargo, la falta de hábito de la lectura en las familias, la ausencia de impulso durante la educación básica, el desinterés de los gobiernos y los pobres contenidos televisivos han ocasionado una diminución en la lectura.
Instituciones académicas
La obligación a lecturas en vez de la motivación, el consumo de unos cuantos libros (por lo común entendido como cumplimiento de tareas de clase), la cultura de la fotocopia, el desinterés de las universidades en la distribución de sus ediciones son algunos ejemplos de la ausencia de impulso a la lectura durante la educación básica.
El Estado
La Ley de Fomento para la Lectura y el Libro establece para la SEP y el Conaculta la obligación de participar en la formación de lectores, así como la obligación de determinar el Programa de Fomento para el Libro y la Lectura. Asimismo, establece como obligación de la SEP la dotación de acervos para las bibliotecas de aula y escolares.
Desgraciadamente, estas medidas resultan insuficientes ante la clara indiferencia del Estado y los partidos políticos hacia la lectura. Aunado al alejamiento de la lectura por parte de la clase gobernante, los gobiernos de América Latina suelen presionar por más impuestos a libros y editoriales.
Medios de comunicación
Actualmente, los medios de comunicación son los principales transmisores de entretenimiento, los informadores de la población y los principales formadores de opinión pública, de valores y gustos.
Por otro lado, los monopolios editoriales manejados por gestores del entretenimiento masivo hacen que se publiquen menos títulos (sólo os de alta tirada) y elimina los que se venden lento, aunque lleven años en catálogo, sean valorados por la crítica y tengan una salida constante. Los nuevos dueños exigen al mundo editorial libros que den tasas de ganancia semejantes a sus negocios en televisión o electrónica.
El universo de la imagen ha desplazado la imagen del libro. Esto es: La idea dominante, no por jamás verbalizada menos actuante, del rango secundario de lo escrito, relegado por lo televisivo.
Causas de la disminución de lectura
La promoción y difusión de la lectura debiera estar a cargo de cuatro instituciones: la familia, la escuela, el Estado y los medios de comunicación. Sin embargo, la falta de hábito de la lectura en las familias, la ausencia de impulso durante la educación básica, el desinterés de los gobiernos y los pobres contenidos televisivos han ocasionado una diminución en la lectura.
Instituciones académicas
La obligación a lecturas en vez de la motivación, el consumo de unos cuantos libros (por lo común entendido como cumplimiento de tareas de clase), la cultura de la fotocopia, el desinterés de las universidades en la distribución de sus ediciones son algunos ejemplos de la ausencia de impulso a la lectura durante la educación básica.
El Estado
La Ley de Fomento para la Lectura y el Libro establece para la SEP y el Conaculta la obligación de participar en la formación de lectores, así como la obligación de determinar el Programa de Fomento para el Libro y la Lectura. Asimismo, establece como obligación de la SEP la dotación de acervos para las bibliotecas de aula y escolares.
Desgraciadamente, estas medidas resultan insuficientes ante la clara indiferencia del Estado y los partidos políticos hacia la lectura. Aunado al alejamiento de la lectura por parte de la clase gobernante, los gobiernos de América Latina suelen presionar por más impuestos a libros y editoriales.
Medios de comunicación
Actualmente, los medios de comunicación son los principales transmisores de entretenimiento, los informadores de la población y los principales formadores de opinión pública, de valores y gustos.
Según Carlos Monsiváis, en la primera mitad del siglo, al menos en las clases medias, aunque también en sectores obreros, el periódico forma parte de los hábitos hogareños, y el civismo de los niños se inicia al oír a sus familiares discutir interpretaciones y noticias como parte de su vida cotidiana. Esto ahora sólo ocurre excepcionalmente durante los noticieros televisivos, y en lo tocante a la prensa, se confina a los escándalos. El morbo sí es pasión genuina de los lectores y los divulgadores de lo leído a medias.
Esta situación se ha reflejado en los hábitos de lectura de la sociedad mexicana. Veamos algunos datos.
Asistencia a bibliotecas y librerías
Según la Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales que elaboró en Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el 30% de los mexicanos no ha tenido ocasión de visitar una biblioteca en toda su vida; en el último año el 40% no se ha dado una vuelta por ninguna; mientras que 2 de cada 5 mexicanos nunca han entrado a alguna librería, y de los 3 restantes 1 no lo ha hecho en el último año.
Promedio de libros leídos al año
El promedio de libros leídos al año es de 2.9. Cabe destacar que los textos que más se leen son, en orden descendente, ttextos escolares, de Historia, novelas, de superación personal, biografías, enciclopedias, de corte científico, cuentos, religión, guías y manuales, libros para jóvenes, poesía, libros para niños, de cocina y finalmente de política.
Entre los títulos favoritos de quienes declaran leer o haber leído alguna vez, se encuentra La Biblia (4.0%), seguida de Juventud en éxtasis, Don Quijote de la Mancha y Cien años de soledad.
El mercado editorial
En el campo editorial, la concentración de las editoriales clásicas en grupos empresariales manejados por gestores del entretenimiento masivo hace que se publiquen menos títulos (sólo los de alta tirada) y elimina los que se venden lento, aunque lleven años en catálogo, sean valorados por la crítica y tengan una salida constante. Los nuevos dueños exigen al mundo editorial libros que den tasas de ganancia semejantes a sus negocios en televisión o electrónica.
Las dificultades adquisitivas se acrecientan. La lectura se encarece y se «privatiza», y el problema se acentúa por la escasez de bibliotecas públicas. Falta hablar de las tecnologías que hoy se proponen como remplazo del libro.
Desgraciadamente, el grueso de la sociedad mexicana no valora que la lectura renueva y aporta opiniones morales, políticas, científicas y sociales, despierta a la imaginación y la fantasía, aporta amplitud en el lenguaje, permite el acercamiento a nuevas ideas, elimina el analfabetismo funcional, acaba poco a poco con la ignorancia, abre horizontes de reflexión y, sobre todo, no limita el pensamiento
Fuentes de consulta.
• sic.conaculta.com.mx
• Rumbas y Rabias de Mamá Cultura, Nexos, Febrero de 2008.
• Monsiváis, Carlos. Elogios de la lectura, Letras libres, agosto 2007.
Esta situación se ha reflejado en los hábitos de lectura de la sociedad mexicana. Veamos algunos datos.
Asistencia a bibliotecas y librerías
Según la Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales que elaboró en Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el 30% de los mexicanos no ha tenido ocasión de visitar una biblioteca en toda su vida; en el último año el 40% no se ha dado una vuelta por ninguna; mientras que 2 de cada 5 mexicanos nunca han entrado a alguna librería, y de los 3 restantes 1 no lo ha hecho en el último año.
Promedio de libros leídos al año
El promedio de libros leídos al año es de 2.9. Cabe destacar que los textos que más se leen son, en orden descendente, ttextos escolares, de Historia, novelas, de superación personal, biografías, enciclopedias, de corte científico, cuentos, religión, guías y manuales, libros para jóvenes, poesía, libros para niños, de cocina y finalmente de política.
Entre los títulos favoritos de quienes declaran leer o haber leído alguna vez, se encuentra La Biblia (4.0%), seguida de Juventud en éxtasis, Don Quijote de la Mancha y Cien años de soledad.
El mercado editorial
En el campo editorial, la concentración de las editoriales clásicas en grupos empresariales manejados por gestores del entretenimiento masivo hace que se publiquen menos títulos (sólo los de alta tirada) y elimina los que se venden lento, aunque lleven años en catálogo, sean valorados por la crítica y tengan una salida constante. Los nuevos dueños exigen al mundo editorial libros que den tasas de ganancia semejantes a sus negocios en televisión o electrónica.
Las dificultades adquisitivas se acrecientan. La lectura se encarece y se «privatiza», y el problema se acentúa por la escasez de bibliotecas públicas. Falta hablar de las tecnologías que hoy se proponen como remplazo del libro.
Desgraciadamente, el grueso de la sociedad mexicana no valora que la lectura renueva y aporta opiniones morales, políticas, científicas y sociales, despierta a la imaginación y la fantasía, aporta amplitud en el lenguaje, permite el acercamiento a nuevas ideas, elimina el analfabetismo funcional, acaba poco a poco con la ignorancia, abre horizontes de reflexión y, sobre todo, no limita el pensamiento
Fuentes de consulta.
• sic.conaculta.com.mx
• Rumbas y Rabias de Mamá Cultura, Nexos, Febrero de 2008.
• Monsiváis, Carlos. Elogios de la lectura, Letras libres, agosto 2007.