Diseño del libro
Terminada la labor de la preparación del manuscrito para su edición, el paso inmediato es su realización física, la conversión del manuscrito en libro. En la imprenta o en la editorial se deben determinar las características del libro. Estas incluyen las medidas de la página, el tipo y tamaño de la letra que ha de ser utilizada para reproducir el texto y su ubicación en la página, la medida de los márgenes, el espacio entre líneas, la colocación de títulos de capítulos y números de página, el plan de ilustraciones y tablas, el tipo de papel en que se ha de imprimir, la clase de encuadernación, el papel o tela que se utilizará en la cubierta y demás detalles que inciden en la apariencia del libro.
La conversión del libro al manuscrito es unja tarea realizada por el diseñador. En algunos casos el diseñador puede ser también ilustrador, hacer mapas y realizar otras labores. Independientemente del arreglo al que se llegue, es indispensable que en la empresa alguien se haga responsable del diseño del libro. La persona seleccionada debe tener buen gusto artístico y suficiente conocimiento del proceso de edición de libros que le permita escoger entre las opciones existentes.
La tarea del diseñador es la de proyectar un libro, es decir, que sea atractivo y logre transmitir las ideas del autor y el ilustrador de la manera más clara e inteligente posible. Un libro puede llegar a ser una verdadera obra de arte y el diseñador un artista.
Pero el primer requisito de cualquier obra es que la forma artística corresponda al propósito o utilidad práctica del proyecto. Es decir, el diseñador debe conocer el propósito y contenido de un libro antes de decidir la forma que le ha de dar.
Pero el diseñador no sólo tiene que pensar en la presentación física, sino también en el lector. Si el contenido de un libro va dirigido a un público amplio y el diseñador lo proyecta de manera que el precio final resulte demasiado alto cuando está destinado a una distribución masiva, está traicionando tanto los intereses de la editorial como del lector.
Por lo tanto, el diseñador debe considerar tanto los aspectos financieros como la parte artística. Además debe de estar enterado del número de ejemplares que serán producidos, cómo se venderán y otros aspectos comerciales.
En resumen, en el diseño de cualquier libro el diseñador debe lograr un equilibrio entre el diseño –que éste sea apropiado para el tema del libro, que tenga atractivo artístico, claridad e inteligibilidad para el lector-; la economía tanto de la editorial como del consumidor, y viabilidad desde el punto de vista de la impresión.
Cálculo del tamaño del libro
Prestamos mucha atención al cálculo del tamaño del libro porque éste es un factor básico para la planeación de todo lo relacionado con la presentación física, no sólo en el sentido artístico sino también en términos académicos.
Para hacer su trabajo, el diseñador necesita conocer la cantidad de letras que tiene el manuscrito para así pensar en los posibles diseños, el tamaño de los tipos, si las páginas serán grandes o pequeñas, con márgenes estrechos o amplios y poco o mucho espacio entre renglones.
El método más sencillo para obtener esta estimación consiste en seleccionar una cuartilla, contar el número de caracteres (incluyendo el espacio entre palabras) que tiene y multiplicar esta cifra por el número de cuartillas de que consta el manuscrito.
Aunque varia ampliamente el número de caracteres por página, generalmente es posible una representativa y asignar a las que no estén completas un número aproximado en relación con la página típica. Por supuesto que es necesario tomar en consideración no sólo al texto, sino también tablas, diagramas, índices y apéndices.
De todos modos, el diseñador debe empezar por el conteo de caracteres para conocer la cantidad de letras y espacios de que consta el manuscrito. Luego con base en tablas ya elaboradas con las cifras correspondientes a los distintos tipos, será posible calcular cuántos caracteres caben en cada página del libro proyectado. El total de caracteres del manuscrito dividido entre el número de éstos que caben en cada página, nos da la cantidad de páginas de que constará el libro con un formato determinado. A esta se suman el espacio que ocuparán las ilustraciones, la portada, notas introductorias, índices y otros materiales.
Los cuatro aspectos relacionados con la letra –figura, tamaño, longitud de línea e interlínea-, afectan el diseño de la página. Ello implica determinar la medida de los márgenes laterales, superior e inferior, la ubicación de los números de páginas y (si se emplean) las cornisas, es decir, el título del capítulo que aparece en todas las páginas o alternando con el libro o el nombre del autor, en libros cuyos capítulos fueron escritos por varios autores, el nombre del escritor debe aparecer en la cornisa izquierda y el título en la derecha.
La mayor aportación que el diseñador puede hacer al público es encontrar una presentación atractiva, legible y nítida a un bajo costo para la editorial que se traduzca en un menor precio al comprador. Para lograrlo hay que encontrar un equilibrio entre los intereses de la editorial y los beneficios para el lector.
Trabajo artístico
Si el libro incluye ilustraciones, mapas, cartas o tablas, el diseñador tendrá que enfrentar una gran cantidad de problemas adicionales. Las tablas enviadas al tipógrafo deben ir acompañadas de instrucciones acerca del tipo de letra que se ha de utilizar, así como su acomodo. Independientemente de todo, el diseñador debe supervisar la realización del “trabajo artístico” para que éste sea acorde con el libro.
Diseño de portada y forros
Las partes del libro que despiertan mayor interés en los diseñadores, en tanto que exigen un mayor despliegue de su talento creativo, son la portada, el forro exterior y la página que abre cada capítulo.
El reto de diseñar el forro del libro consiste en crear algo que atraiga la vista y al mismo tiempo resulte económicamente viable. El aspecto económico de un forro no se establece solamente en función del costo de impresión, sino también en su efectividad como vendedor del libro. De nada sirve la cubierta de un libro si ésta no invita a la gente a tomarlo inmediatamente, ojearlo y, por qué no, comprarlo.
Selección de equipo y materiales
En países dónde hay escasez de materiales –como es el caso de muchos que están en vías de desarrollo- el diseñador tiene que estar enterado o investigar qué hay disponible en cuanto a equipo y materiales, y escoger entre las opciones.
Procesos de impresión
El diseñador debe decidir en cuanto a la composición tipográfica, el tipo de impresión, el papel en que se llevará a cabo ésta y la encuadernación. Veamos estos puntos:
Tipografía. El aspecto tipográfico es la técnica con que serán compuestas las palabras para ser impresas. Estas pueden componerse mecánicamente, por procesos fotográficos, con máquina de escribir, utilizando procesadores de palabras, colocando letra por letra a mano o dibujando cada una de ellas manualmente.
Impresión. Si el libro no incluye ilustraciones, la impresión debe terminarse en función de la tipografía empleada, o tomando en consideración los costos, la calidad requerida o los equipos disponibles. Si el texto va acompañado de ilustraciones es necesario planear cuidadosamente lo concerniente a la impresión y al papel que se desea utilizar. El diseñador deberá considerar los procedimientos de impresión más adecuados. Por ejemplo, para la impresión de los textos se puede emplear impresión económica, y pensar en un proceso más costoso, pero adecuado, para imprimir las ilustraciones aparte.
El papel. La elección del papel depende en parte del procedimiento con que se realizará la impresión. Independientemente de la calidad, existen algunos tipos de papel adecuados para determinados procesos de impresión pero no para otros.
Encuadernación. La principal decisión en lo que respecta a la encuadernación –si el libro llevará pasta dura, blanda o ambas- generalmente toma en cuenta aspectos comerciales, en función de costos de producción, precio al público, promoción y demás. El diseño simplemente se adapta a la decisión que se tome.
En conclusión, un libro no tiene que ser costoso para ser atractivo. El éxito de un diseñador radica en crear una obra de arte agradable para todos con un presupuesto reducido.
FUENTE: Smith, Datus. Guía para la publicación de libros, Universidad de Guadalajara, México, 1991.
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